Archive for the ‘Va de Toros’ Category

El toreo, diversión de ricos para reírse de los pobres

lunes, noviembre 2nd, 2009

toros en Utrera

El toreo fue creado como divertimento de los ‘señoritos’ dueños de los cortijos y propietarios de las ganaderías, cuya raza tiene la característica de embestir, es una raza de vacas que, igual machos, hembras, adultos o jóvenes, gustan de embestir.
Cuando este ganado era atendido por los mozos en su trabajo diario, se daban situaciones, ‘graciosas’ para algunos, y ‘peligrosas’ para los que las padecías, donde una vaca embestía a la persona que acababa de darle asistencia en un parto, por ejemplo.
Entre los mozos surge la necesidad de buscar estrategias para evitar ser embestidos y se crea una especie de juego de flirteo con el peligro que fue convirtiéndose en un juego de destreza.
El hecho de que de vez en vez, alguno de estos jóvenes era efectivamente embestido, suscitó el interés de los patrones, que se divertían viendo cómo el toro cogía o no al mozo de turno.
Con la diversión llegaron las competiciones y con ellas las apuestas, así surgen los primeros ‘patrocinadores’. Gente que pagaba a algunos de sus mozos por jugarse la vida para diversión de su grupo de amigos.
Para un mozo, conseguir ser un torero, era una manera de asegurarse el sustento.
Nace una raza de gente que sólo piensa en ser torero y salir de la miseria.
Este triste y humillante comienzo, no es mejor que la actualidad del toreo, donde es tanto el dinero que se juega, que ya no se respeta nada, y el toro sale al ruedo en condiciones de tal confusión y malestar que está prácticamente indefenso ante un payaso con pantis rosas que hace alarde de buen hacer, cuando sólo actúa una pantomima ridícula, y penosa.
Una tortura, disfrazada de circo donde sólo queda esperar que el toro tengo un ápice de aliento y atine a defenderse.

Bellas Artes…

miércoles, octubre 28th, 2009

to

Siempre me he preguntado por qué le llaman Bellas Artes, para mí todo el arte es bello cuando es creación, porque un alma creativa es bella, pero no todo lo que se llama arte es bello, quizás es que no siempre es arte.

El ejemplo lo tenemos en algo que a muchos nos ha sorprendido, que le hayan dado el ‘premio a las Bellas Artes’ a un torero; eso a mí me da pena, pena por esta sociedad loca, porque hay que estar loco para llamar arte a un acribillamiento, hay que estar desmadrado para llamar arte a una práctica de matar divirtiéndose.

Pero así es, y hoy un torero ha sido galardonado con ese premio.

Sólo espero que los artistas de verdad, esos creativos y nos hacen dar un vuelco al corazón al dejarnos ver sus obras, no quieran nunca recibir este premio, para no igualarse con un asesino con pantys rosas, un ridiculizador de la muerte.

Es triste, y un poco incómodo para un español, saber que un torero que gana su dinero matando y casándose con famosillas sin profesión, ostente un premio que debería estar reservado para esa gente que es capaz de elevar el espíritu de los hombres (genérico), un premio que solo deberían recibir los hombres y mujeres de almas elevadas.

Hoy es un triste día para las Bellas Artes, porque han desvirtuado su esencia.

Conversando con un ganadero… argentino…

miércoles, octubre 21st, 2009

Me invita a tomar mates con criollitos, sentados en unas sillas de madera, bajitas, de trabajo, alrededor de una mesa baja, de campo. No utiliza termo, ceba mates desde la pava. Habla pausado, y con buen tono, pensando cada palabra como si tuviera que traerlas a la memoria desde un lugar muy lejano, en el tiempo.

El galpón donde estamos está muy limpio, hay aparejos de campo de todo tipo, almanaques, bidones, cubos, todo está muy limpio. El suelo está limpio, el tambo está igual de limpio, los silos, las máquinas, nada tiene polvo, ni cacas de pájaros, ni de vacas, y todo se utiliza cada día.

Está enamorado de su campo, de sus vacas, de su cosecha. Pasa casi todo el día allí, casi todos los días del año. Su hijo le ayuda, le ha sabido transmitir su amor por la tierra, por los animales, por lo que da de sí el viento de la pampa.

Me cuenta cómo las cosechas se suceden, se siembra, se recoge, se prepara la tierra para volver a sembrar, se almacena el grano, se traslada, se vende, y se vuelve a empezar. Todo lo que dice lo dice con un cariño extremo por cada cosa, respira profundo, elige otra palabra, sonríe. ¿‘Un mate’?

Mientras bebo ese mate que ha cebado siguiendo los movimientos de su cuerpo, sin pensar en hacer algo en particular, se acomoda en la silla, se estira, levanta la pava y ceba, me alcanza el mate y se vuelve a acomodar en la silla, mira hacia un lado, disfrutando de su tierra al hablar de ella.

Me cuenta cómo las vacas dan su leche cada día, en un horario definido, y luego se van a rumiar el tiempo para hacer más leche, ‘aquí no dejamos que venga un cazador’, afirma, sin aclarar nada más. Pregunto por qué. ‘Porque un disparo haría que las vacas se asustasen, y se desconcentran, ya no querrían hacer leche, porque tienen que pensar relajadas, en silencio, sin que nada les moleste, y así hacen una leche buena, rica y abundante’.

Durante casi una hora hablamos del campo y de Europa, habla con preguntas sobre España, ‘che, allá sí que vivís bien, no?’, ‘aquí hay poca plata’, ‘las distancias son tan grandes que trasportar el grano es muy caro’, ‘allá no tenés ese problema, está todo muy cerca’, sonríe.

Heredó las tierras y la profesión de su padre, y para él el campo es su vida, ‘me ahogo en la ciudad’, dice.

Hace un gran silencio, y mirándome de reojo a ver mi reacción empieza a contar una historia, ‘aquí había uno, que era Español, gallego, jeje, bueno, no, creo que era de otro sitio de España.’ ‘Estaba todo el tiempo hablando de allá, que se quería volver, decía.’ ‘Pero nunca se embalaba para irse.’ ‘ hasta que un día vió en la tele, eso de los toros.’ ‘El tío lloraba, decía que eso era lo él sentía más.’ ‘yo no lo entendía, le decía, ¡¿pero a vos te gusta ver lo que hacen con el toro?’. Y él me decía que sí, que era un arte…’ ‘un día se volvió a España.’

‘A vos qué te parece eso de los toros?’ .  Cuando le digo que me parece una barbaridad, y que espero que un día lo prohíban, se anima a hablar sobre el tema.

‘Yo nunca lo entendí, me parece una cosa tremenda, pobre animal, che, no es justo.’ ‘a mí que cada vez que tengo que vender una vaca me da una tristeza tremenda, de pensar que a un toro, con lo noble que son, le hacen todas esas barbaridades, no puedo, se me caían las lágrimas de ver aquello’, y el gallego estaba entusiasmado’, ‘¿por qué hacen eso? Si los toros son muy buenos, mansos, a veces alguno se pone loco, pero son animalitos muy nobles, yo no lo entiendo’… ‘cómo pueden?…’

Y se quedo allí sentado rememorando aquella corrida que había visto en el canal internacional con su amigo el Español, hacía ya mucho tiempo, pero nunca había podido borrar de su memoria la tortura a la que sometían a ese toro, porque él es un señor de campo, un señor que vive del campo, y que por sobre todas las cosas tiene un enorme respeto por el campo…

Me fui pensando qué diferentes son los ‘ganaderos’ en España, esos que crían toros de lidia, y esos otros que tienen enormes cortijos, muchas tierras y se calzan con medias rosas y colorines, y por dinero y egocentrismo, torturan a un toro ya maleado haciendo alarde de un valor y de una hombría que jamás tuvieron ni tendrán. Bufones de señoritos, que se divierten de que su estupidez y arrogancia los haga dar saltitos con zapatillitas de ballet, y una espada, ante un pobre toro mareado que sólo quiere que aquella tortura termine…

TORO BRAVO, ¿POR QUÉ TE MATAN?

lunes, septiembre 28th, 2009

Quizás un día seamos capaces de dar un paso alejándonos de la barbarie de seguir considerando ‘fiesta’ a la muerte bajo tortura de un toro.

‘Por la defensa del toro bravo’,  dicen los asesinos, ‘por la defensa de la vida’, digo yo, porque el olor a sangre no me seba, porque el sufrimiento no me alienta, porque la muerte es cosa de la vida y no de una mentalidad retorcida, y reniego de una fiesta de sangre, de un circo de maltrato, de unas luces de mentiras.

En este extraño juego de muerte, con pinchos y espada se acorrala a un toro bravo y cuando el miedo le hace buscar maneras de escapar de su tormento, disfrazan su huida diciendo que son feroces y bravas embestidas de asesino, pero a mi no me engañan.

Porque la  verdad es que un toro, es una vaca macho, que jamás atacaría a un hombre por la sencilla razón de que no come carne, no compite ni competiría nunca con un humano.

Ganado pacífico, ganado doméstico.

Semental muy valorado en otros lados, es aquí martirizado, acorralado, ¿cuál es la ‘valentía’ de una persona que se enriquece, en dinero y vanidad, dando muerte de mezquina manera a estos colosos de mirada mansa?.

Torturar a un toro sigue siendo una diversión porque se invierte mucho dinero en ese mundo de padrinos, y ahijados, extraña familia la taurina, donde el toro nunca tiene su ‘alternativa’, sino la humillación y/o la muerte…, injusta muerte…

Una retorcida declaración de los defensores de esta vileza sostienen que el toro no sufre. Y yo pregunto a este declarante:  ¿Es posible no sufrir con unos cuantos ganchos clavados en tu espalda?, ¿es posible no sufrir cuando tus piernas se doblan de debilidad porque has perdido mucha sangre y te caes, porque te estás muriendo? ¿es posible no sufrir cuando el miedo se ha hecho cuerpo en tu cabeza y estás ciego de confusión?

¿Por qué no lo intentáis? Por qué no os claváis unos hierros y corréis en círculos, mientras algún amigo vuestro se burla porque vais locos de dolor? ¿Por qué no probáis en vuestro cuerpo si es verdad que sufre o no sufre un toro?.  Y que os corten las orejas al final..

Nada os da derecho a mal matar a un ser vivo por placer, por diversión, ante las risas y la euforia de unos cuantos locos por la sangre, que han invertido en ello mucho dinero.

La plazas de toros, y las corridas en ellas celebradas son la imagen más bárbara que esta  España  europea y primermundista puede dar.

No podemos seguir dejando que los sostenedores del ‘todo vale por la pasta’ se llenen los bolsillos con la vergüenza de todos.

Si quieres una España mejor, un sitio de paz, no permitas que tu dinero financie esta cruel  diversión.